Hormigón y Cenizas
Desde hace muchos años se ha venido incorporando a las mezclas de hormigón diferentes tipos de cenizas. Esto, con el fin de hacer la mezcla de un costo menor y a la vez, buscar aplicaciones a este producto de desecho, “subproducto de diferentes procesos“.
La ceniza de mayor uso en mezclas de hormigón, es la ceniza volante proveniente de la combustión del carbón en plantas termoeléctricas. Es a partir de 1937 en que se comienza a valorar sus propiedades como material puzolánico, siendo calificada como una puzolana del tipo artificial.
A través del tiempo, la incorporación de este tipo de cenizas en mezclas de hormigón, ha permitido desarrollar hormigones especiales principalmente para la construcción de presas. Mezclas de cemento y ceniza, han permitido que los hormigones con ellas confeccionadas liberen poca cantidad de calor, lo que los hace muy aptos para hormigonar grandes masa de hormigón con muy baja retracción. Por otra parte, hormigones confeccionados con este tipo de cenizas han demostrado un buen comportamiento frente a la acción de agentes químicos. Sin embargo, no todas las cenizas se comportan igual cuando reaccionan con el cemento. Las distintas características químicas de ellas, producto del origen del carbón, resultan trabar en muchos casos la incorporación de este material a mezclas que contengan cementos.
Tal vez, sea esta una de las razones por las que se ha tratado de incorporar otro tipo de cenizas a mezclas que contengan como aglomerante principal el cemento.
Cenizas provenientes de la cáscara arroz finamente molidas mezcladas con cemento en proporciones 30-70, por ejemplo, han sido utilizadas para la fabricación de bloques (ladrillos) con muy buenos resultados. Esta misma mezcla en pruebas de morteros, también ha dado resultados satisfactorios. La ceniza de cáscara de arroz es un material silíceo que debe ser tratado cuidadosamente para evitar contaminar el medio ambiente. En el año 2006, se estimaba que la producción de ceniza en la región del Mercosur sería del orden de las 320.000 t/año, por lo que su disposición como material de desecho debía ser cuidadosamente estudiada.
La ceniza proveniente de la quema de leña, ha sido utilizada como aglomerante para la fabricación de ladrillos en zonas donde la escasez de materiales es importante. Los comentarios respecto a la calidad de estos productos han sido muy buenos y han permitido solucionar un problema del sector construcción.
Una variante a lo señalado en el párrafo precedente, lo constituye el uso de ceniza de hojas de eucaliptus en reemplazo de una parte del cemento. Si bien las cantidades que se utilizan son bajas, los primeros resultados son satisfactorios en mezclas de hormigón, permitiendo dar uso a un material de desecho.
Otro tipo de ceniza que se ha incorporado a mezclas de cemento, son las cenizas de moluscos. Específicamente las conchas de ostión, las cuales son ricas en carbonatos cálcicos y finamente molidas permiten mejorar considerablemente la resistencia de los morteros.
Muchas son las alternativas para utilizar cenizas en mezclas de cemento. Todas ellas mejoran o modifican algunas de las propiedades del hormigón. Probablemente en el tiempo, veremos una serie de nuevos materiales basados en la incorporación de algún tipo de ceniza.